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Bienvenidos a un testimonio importante.
 

Updated Jun 3, 2012
La mente no es un sitema cerrado...
Lo que aprendí de la Ouija
Mi adolescente roce con lo oculto

Por Rodrigo A. Graciano
Traducción En Español Por Wendy Graciano Espinoza


Fue en 1970 que mis amigos me introdujeron a la Ouija en una reunión de jóvenes en el sótano de la iglesia. El grupo de muchachos me explicó como la figura puntiaguda con forma de corazón, que tenía una base de tres palos cortos con las puntas cubiertas de fieltro, se movería sobre un tablero. El tablero estaba misteriosamente decorado con letras y números. Según mis amigos, el puntero deletrearía las respuestas a las preguntas que le hicieramos, moviendose sobre las letras del tablero. Yo acepté cautelosamente a su invitación de probar la Ouija pero atento a la broma que yo completamente esperaba que ellos me jugaran. Me senté enfrente de uno de mis compañeros de la iglesia con el tablero entre los dos, ambos tocando ligeramente con la punta de los dedos el puntero de plástico. Cuando el puntero empezó a moverse, yo estaba seguro que mi amigo lo estaba
empujando suavemente sobre el tablero. El puntero se deslizaba hacia diferentes letras del alfabeto formando las respuestas a las preguntas bobas que yo le hacía. —¡Estás moviendolo!— acusé a mi amigo.   
    —¡No es cierto, tú eres!— él me contestó.

   ¡Bueno! pensé, ellos ya están de acuerdo para torcerme con esta cosa. No me quedé mucho tiempo (era obvio que la otra persona estaba moviendo el puntero). Mis amigos no lo dejaron sin embargo. Ellos me insistían continuamente que nadie estaba moviendo el puntero. Esa cosa loca lo hacía por si misma. Ante mi obstinada negativa a creer, el dueño del tablero finalmente me dijo: —Mira, llevate el tablero a tu casa y experimenta con el por tí mismo y ve si puedes comprenderlo—.
    La oferta de prestarme la Ouija cambió las cosas a una diferente dirección. Yo me pensaba un hombre de ciencia. Era solamente un muchacho de preparatoria, pero ya había tomado todos los cursos de ciencia y matemáticas disponibles y planeaba una licenciatura universitaria y una carrera en biología. Era un devoto del método científico. Para mi, solamente lo comprobado era posible de creer. No solo eso, yo tenía un interés en parapscicología. Las profecías de Edgar Cayce y “las revelaciones” de Jeanne Dixon me fascinaban. Quería saber si realmente había otra dimensión donde seres espirituales vivían y se comunicaban unos con otros. Había ahi la oportunidad de aplicar el método científico al misterioso juego y ver si podía encontrar alguna evidencia supernatural.Rodrigo en 1970
    Uno o dos días despues subí a mi cuarto en el ático, saqué el tablero y el puntero de la caja con la famosa marca de Parker Brothers y me senté con la Ouija en mi regazo. Posé las puntas de mis dedos ligeramente sobre la orilla del puntero, y le hice una pregunta sencilla. Para mi sorpresa, el puntero comenzo a moverse. Lo extraño de todo era que yo aun sentía como si mi amigo estuviera moviendo el puntero desde el lado opuesto del tablero ... pero yo estaba solo. Emocionado por el experimento, hice una serie de preguntas al azar. Con seguridad, el puntero se movió rapidamente sobre el tablero deletreando palabras que formaban respuestas racionales, aunque a veces hablando en un modo no muy directo. La Ouija parecía trabajar con poder propio! Yo tenía que saber de donde venía ese poder.
    Yo tenía dos hipotesis: yo determiné que el poder de la Ouija provenía ya fuera de (1) algún ente invisible fuera de mí mismo o, (2) del subsconsciente que trabajaba en mi propia mente. Para comprobar mi hipótesis fuí a mi cuarto cada tarde despues de que regresaba a casa de la escuela, me sentaba con el tablero, bloc de notas y lápiz junto a mi, y hacía pregunta tras pregunta. Yo trataba de formular preguntas que pondrían a prueba la habilidad mental y la habilidad para predecir de cualquier poder que se encontrara detrás de la Ouija, y cuidadosamente registré y trate de analizar las respuestas obtenidas. Yo descubrí rapidamente que no tenía que hacer las preguntas oralmente. Yo solo tenía que pensar una pregunta y el puntero de la Ouija comenzaba a moverse en respuesta.
    Seguí esta rutina solo por pocos días cuando mi experimento tomó una nueva dimensión. Olvidé la pregunta que hice, pero la Ouija me dió una particular y enigmática respuesta y me senté a la orilla de mi cama preguntandome su significado. Mientras tanto me senté con el bloc de notas en mano, con la punta de mi lápiz aun descansando en el papel. De repente, el lápiz comenzo a moverse en mi mano, aparentemente por sí mismo, trazando líneas en el bloc de notas. Gotas de sudor salían de la palma de mi mano pero no solté el lápiz. Yo había leido recientemente acerca de este fenómeno, llamado “escritura automática,” en un libro escrito por Ruth Montgomery. Guías espirituales supuestamente se comunicaban con participantes dispuestos a controlar una herramienta de escritura en sus manos. Quién o qué estaba controlando el lápiz en mi mano era todavía una pregunta abierta en la cual estaba interesado, pero  sentía como si hubiera alguien mas. Mientras que mis dedos aun sostenían el lápiz, se sentía como a través del lápiz se dirigían los músculos de mi mano, en lugar de ser al revés. Al principio, el lápiz solo garabateó, pero acudí a mi razón y pense una pregunta. Con seguridad, el lápiz escribió una respuesta en línea continua! Despues cotinuó garabateando.
    —¿Quíen eres?—  le pregunté. —¿Qué es lo que quieres?—
    —Quiero dibujar— fue la respuesta. Yo ya había tenido suficiente para esa sesión, asi que guardé todo.
    La tarde siguiente, saqué una hoja grande de papel para dibujar, la puse sobre mi escritorio, y tome un lápiz. Sostuve ligeramente el lápiz en mi mano y le hablé con mi mente. El lápiz comenzó su carrera a través del papel garabateando y pausando en su juego solo para responder a mis preguntas. En una sola y continua línea hizo un dibujo aceptable de una guitarra, pero después como si fuera una niñería frustrada dibujó las cuerdas de la guitarra en líneas a destajo sobre el papel. Yo coloqué una nueva hoja de papel e hice preguntas con mas insistencia. Pronto reestablecí el ritmo de preguntas y respuestas que había experimentado con la Ouija, solo ahora, las respuestas se escribieron a mano en el papel. Uno o dos días en la rutina de escritura automática yo estaba asombrado por una increible obra de arte. El lápiz comenzó a moverse intencionalmente sobre la gran hoja en blanco de papel, dibujando en anchas líneas curvas. No tenía idea de lo que “el poder” estaba dibujando, si era algo en concreto, cuando la línea contínua comenzó a tomar forma, y pude ver que era algún tipo de retrato. De repente, quedé boca abierta. Ante mis confiados ojos, la línea curva se convirtió en una perfecta caricatura del Presidente Ricardo Nixon. El dibujo final era de una calidad profesional, hecho con una ejecución relajada y armoniosa, en una línea contínua.
    El dibujo de Nixon tenía cierta relación con mi primer hipotesis sobre la Ouija. Antes del momento de que ese dibujo se materializara ante mis sorprendidos ojos tenía inclinación hacia el “juego mental” junto con la segunda hipótesis, aunado a la idea de que todo el asunto de la Ouija y la escritura a mano se originó de algún lugar profundo en mi subconsciente. El problema era que yo nunca había dibujado así antes. Ahora, como si hubiese grabado esa experiencia, puedo mirar hacia atrás, a esos años de roce con el arte, donde adquirí algunas habilidades, e incluso enseñe algo de arte a mis hijas. En aquel tiempo, de igual modo, nunca había tomado clases de arte y nunca había dibujado nada mas personas de palos y bolas, y ahora había hecho algo que yo sabía no podía hacer. Tal vez si yo hubiese estudiado a el filósofo Platón en ese entonces, me hubiese preguntado si estaba expresando algún talento innato con el que yo había nacido y solo lo había “olvidado”. Tal vez algún psicólogo podía haber explicado el dibujo de Nixon, pero en caso de no haber podido, me hiciera sospechar fuertemente de que yo estaba tratando con alguna entidad fuera de mi mismo.
    No tenía muchos amigos en quien confiar en ese entonces, pero si tenía uno o dos conocidos con quienes compartí mi excitante experiencia. También les mencioné a mi mama y mi hermana Erlinda lo que estaba pasando. Erlinda se preocupó tanto acerca de lo en que me estaba metiendo, que me mandó un pequeño libro sobre fenomenos espiritístas.  No recuerdo el título ni el autor, pero era un libro cristiano y lo mas importante fué que me guió al capítulo 18 de Deuteronomio. En ese capítulo de la biblia, encontré algo referente a comunicación con “espíritus amistosos”. La biblia reconoce tal fenomeno como real, pero lo condena como algo inequivocamente abominable a los ojos de Dios. Esto me asustó, y me propuse llevar mi experimento a una conclusión definitiva.
    Había estado experimentando la escritura automática por una semana cuando subí al ático y puse una hoja en blanco de papel de dibujo en el escritorio una vez mas. Yo ya estaba convencido de que estaba tratando con un ser ajeno a mi. La única pregunta que me quedaba era en todo caso si este ser era un buen espíritu que venía de Dios, o algún tipo de espíritu maligno. Me senté y puse la punta de mi lápiz ligeramente sobre el papel.
   —Necesito saber si eres un espíritu bueno o un espíritu maligno—ingenuamente le dije en mi mente al ser escritor. El lápiz comenzó a escribir rapidamente y corriendo de vuelta sobre el papel al lado izquierdo de mi mano cada vez que terminaba una línea.    —Por supuesto que soy un buen espíritu— escribió.
   —No estoy seguro— pensé, —Pienso que podrías ser un espíritu maligno, y necesito parar de hacer esto— El lápiz comenzó su carrera a través del papel. Sentí la emoción, aunque el único sonido era el fino trozo de grafito contra el papel. Las palabras salían de la punta del lápiz: —No pares cualquier cosa que hagas…estamos casi listos para ir a la máquina de escribir…yo voy a hablarte a través de la máquina de escribir…tengo muchas cosas que enseñarte…vas a convertirte en un gran profeta para el mundo…cualquier cosa que hagas no pares—.
   —Está bien— dije en mi mente, —tengo que ponerte a prueba—.
   —Bueno,— el lápiz respondió, —Solamente no dejes de hablarme—.
   —Está bien— dije, —Si eres un buen espíritu y vienes de Dios, deberías decirme algo que es imposible que yo sepa por mí mismo—.
    —Si, eso es cierto— escribió el lápiz.
    —Bueno, entonces— continué, —Acabo de oír a mi madre entrar, regresando del trabajo; ¿puedes decirme cuanto dinero hay en su monedero ahora mismo?—   
    —Dos dólares y 86 centavos— escribió el lápiz.
    Salí botado escalera abajo, encontré en donde mi mama había puesto su bolsa sobre la cama, y revisé su monedero. Ella tenía dinero en el, pero la cantidad no se acercaba a $2.86. Molesto, regresé al ático y tome el lápiz en mi mano. —Se acabó— pensé para el ser, —me mentiste y un espíritu de Dios no hubiera hecho eso. Creo que eres un espíritu maligno, y que necesito renunciar a esto—.
    De nueva cuenta el lápiz comenzó su carrera a través del papel: —No, no pares, no dejes el lápiz…solo estaba bromeando…vamos, dame otra oportunidad, cualquier cosa que hagas, no pares—.
    —Está bien— dije, —Otra oportunidad, pero es la última—. Hice una pregunta fácil de verificar acerca de que encontraría en el asiento del carro de mi mama o en su guantera o algo parecido. El lápiz contestó con seguridad, y yo fuí al garage a confirmar. Una vez mas, el espíritu atrás del lápiz me había mentido.
    De vuelta a mi escritorio, tomé el lápiz y dije, me mentiste de nuevo. Debes de ser un espíritu maligno asi que esta es la despedida.
    El lápiz voló imparcialmente a través del papel: —No, no, no pares…vamos a ir a la máquina de escribir…tengo mucho que enseñarte y así tu podrías enseñar al mundo…cualquier cosa que hagas, no dejes el lápiz todavía…no pares!— De golpe puse bruscamente el lápiz en el escritorio y respiré profundamente. Mi experimento había terminado.
    Despues de ese día, nunca volví a intentar la escritura automática de nuevo, pero por el resto del año escolar, si se daba la ocasión de que yo estuviera sosteniendo el lápiz en una posición relajada sobre el escritorio de la escuela, los músculos de mi mano derecha comenzaban a contraerse de nuevo, y yo tenía que dejar el lápiz, cubrir mi mano izquierda sobre la derecha y aplastarla contra el escritorio hasta que la sensación pasara.
    Yo no conocía a Jesucristo cuando tuve mi encuentro con la Ouija y la escritura automática.  Había crecido yendo a la iglesia pero el evangelio aun no había penetrado en mi. Conocía pedacitos de la biblia, pero nunca me había adentrado en ella por iniciativa propia. Yo creía en la existencia de Dios pero era una fe a medías. No supe de ninguna evidencia empírica del mundo supernatural hasta mi encuentro con la Ouija. Lo más maravilloso que esta experiencia me dejó, fue la inquebrantable convicción de que existe un reino espiritual. Permaneció logicamente en mi mente que si malvados y mentirosos espíritus exísten, tal como lo proclama la biblia, la biblia debe también tener razón cuando habla de Diós y de sus angeles. No comencé inmediatamente a estudiar la biblia, sino después, con la presión de buscar las respuestas a mis temores adolescentes y a mis conflictos. Yo me enfoqué hacia la biblia con la confianza de que hablaría de cosas reales.
Faraón     Mientras que he compartido esta historia durante los últimos 20 años y contemplado el grave peligro espiritual en el que estaba, he descubierto mas verdades respecto a la batalla espiritual en que todos nos encontramos.
    Tal vez, la mas importante realización es que la mente humana no es un sistema cerrado. En otras palabras, inconscientemente la mente humana es constantemente penetrada por pensamientos que no provienen de ella. Ideas entran en nuestra mente que tomamos como propias, cuando en realidad Dios o Satanás las han susurrado en nuestra mente. Tenemos sobreabrumado testimonio de esta verdad en las sagradas escrituras: Dios influenció directamente los pensamientos del Faraón en el libro de Éxodo, por ejemplo, y en Juan 13.2 leemos sobre el demonio influenciando el corazón de Judas para que traicionara a Jesus.  Nos corresponde a todos el saturar nuestras mentes con las palabras de Dios contenidas en las sagradas escrituras y entonces podemos facilmente distinguir entre los pensamientos que vienen de el y pensamientos que vienen del enemigo. De otro modo, lo que interiormente concebimos como nuestra propia y maravillosa idea, podría ser verdaderamente una sútil tentación del demonio.
   Guardé los papeles, el retrato de Nixon y otros dibujos por muchos años aún despues de convertirme al cristianismo, y despues de que Kaaren y yo nos casamos. Fue cuando estabamos viviendo en nuestra primer casa en Parkland (una vecindad de Tacoma, Washington) que finalmente decidí que no podía seguir guardando en nuestra casa nada remotamente conectado con el demonio. Quemé todos los papeles y dibujos en nuestro patio trasero. Es superfluo decir que hace mucho que regresé la Ouija a su dueño y lo alenté a destruirla. Los juegos ocultos no son nadamás unos juegos.








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